Verónica Malo Guzmán
Ni aunque se trata de una revancha electoral entre Joe Biden y Donald Trump, las elecciones de Estados Unidos prenden. Pero eso es solo una parte minúscula del problema; la otra, la mayor, es que la pugna y el proceso electoral en los EE UU no es lo que debiera ser. Los estadounidenses no están discutiendo lo importante. Y el origen de esto que apunto es que ni Biden ni Trump debieron haber contendendido nuevamente; ambos habrían tenido que pasar a dar las gracias y retirarse de la política. Los dos.
Más allá de la edad, Biden con 81 años y Trump con 77, y de que uno quiere regresar al poder para cobrar “venganza” y el otro imponer el continuismo, es momento que otros demócratas y otros republicanos se lancen al ruedo. Ni siquiera —óiganlo ustedes muy bien— el que EEUU lograra crecer un 2.5% el año pasado, que se evitara la recesión que todos cantaban o que no llegara la estanflación tan temida justifica que Biden contienda nuevamente. Pensar así es no saber pensar fuera de la caja. ¿Que se crearon 2.7 millones de nuevos empleos con esta administración saliente? Genial; que eso lo continúe —y hasta lo mejore— otro demócrata, no Biden.
Increíble que, a pesar de lo impopulares que son ese par, sea solo porque son conocidos que ambos arrasaran en las primarias. Mal, muy mal habla de ellos dos, de los dos partidos políticos, del pueblo y del sistema electoral estadounidense que estén tan anquilosados. Se dice: “es que no hay otras figuras que puedan dar la batalla”. Yo respondo: menos las habrá al insistir en una contienda con estas dos ya muy conocidas figuras.
Lo ideal sería que nuevas opciones contiendan; y si se trata de sangre fresca, joven, todavía mejor.
Personajes hay en ambas corrientes ideológicas. Del lado de los demócratas, un rápido vistazo al gabinete de Biden:
• Miguel Cardona, secretario de Educación; padres portorriqueños. Aprendió primero a hablar el español que el inglés.
• Xavier Becerra, secretario de Salud; sus padres eran mexicanos.
• Pete Buttigieg, secretario de Transporte; su padre emigró desde Malta. Ex militar y el primer secretario abiertamente gay.
• Katherine Tay, representante de Comercio. El coco de México; de padres migrantes chinos.
Por el lado de los republicanos:
• Nikki Haley, quien solo le ganó
el estado de Vermont a Trump en la contienda interna; sin embargo, la suma de los márgenes que ha logrado en varios estados muestra la debilidad de la candidatura de la amenaza naranja y la relativa fortaleza de ella.
• Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, quien no tiene empacho en trabajar con republicanos o demócratas, siempre y cuando logren apoyar a su estado.
• Liz Cheney, exrepresentante de Wyoming. Crítica de Trump, formó parte del panel de la Cámara que investigó “el asalto al Capitolio” del 6 de enero de 2021.
¿Por qué el capricho de Biden y Trump? Porque eso es, un capricho, ni más ni menos.
Una cosa más: dentro de la vorágine electoral, tanto en Estados Unidos como en nuestro país, llama la atención la ironía de que México esté superando a Estados Unidos en oferta política. Gran sabiduría de nuestra nación el no tener reelección, ni siquiera mediando periodos intermedios. Los políticos se anquilosan y eso nunca es saludable para las sociedades. O sí, pero únicamente cuando se tiene a un líder maravilloso y privilegiado… Pero ¿cuando no, que es casi siempre? ¿Cuando se trata de gente que ya no puede dar más a sus pueblos salvo mayor malestar?
Y si bien existe la reelección de alcaldes y legisladores en México, Sheinbaum impulsa la iniciativa para su eliminación. Ironías aparte —la segunda de esta columna—: aunque fueron los hoy morenistas los primeros en impulsar la reelección, ahora ya dijeron que secundan la reforma de la corcholata para desaparecer la figura…
Yo solo espero que los morenistas recuerden esta propuesta de su abanderada y se opongan férreamente cuando López Obrador intente reelegirse o quedarse en el poder, que lo hará. También cuando Andrés Manuel insista en entrometerse en la elección de nuestros vecinos del norte para apoyar a su amigo Trump por la vía de control del flujo migratorio…
Qué lástima que el “hubiera” no existe; ni Biden ni Trump deberían volver a contender.