Buscamos algo honrado para trabajar, eso no es robarle nada a nadie

Lo único que quiero es reunirme con mi hijo en los Estados Unidos. Entrevista con Wendy, integrante de la caravana de migrantes a su paso por la Zona Norte del Istmo de Tehuantepec.

Fotos y texto por: José Stalin Pedro

 

Wendy Limanes Fortes (Honduras, 23 años) se sienta en una banqueta del parque Daniel Martínez, mientras pernoctan en la Ciudad de Matías Romero, Oaxaca. Sus ojos transmiten tranquilidad, es sonriente, de tez morena, mide aproximadamente 1.55 metros. “Vamos a intentar responder a tus preguntas” me dice off the record. Sin embargo, no disimula su nerviosismo al empezar a prender la grabadora de voz, es integrante de la Caravana Migrante que salió aproximadamente hace veintitrés días en la frontera de Tapachula, Chiapas.

Ex integrante de la Policía Nacional de Honduras, desertó porque integrantes de la pandilla 18, “catearon” su domicilio donde fue advertida de lastimar a su hijo sí ella se negaba a trabajar con ellos. Fue detenida y deportada a su país por la patrulla fronteriza antes de llegar a San Antonio Texas. Decidió regresar para intentar cruzar la frontera con el único motivo de encontrarse con su hijo. En su país de origen su vida corre peligro, pero es consciente que su travesía por México corre el mismo riesgo, pero para Wendy no es un impedimento.

Sus ojos se clavan al infinito mientras me narra palabra por palabra su esperanza de reunirse con su hijo, volver por su mamá y sus tres hermanas, quienes corren con el mismo riesgo. Siempre sonriente y sin perder los ánimos, nos confiesa que una de las cosas que extraña de su país son los platos tradicionales bastante populares como el pollo chuco y la baleada. A lo largo de esta entrevista iremos platicando sobre los sueños, motivos y situaciones, por las que Wendy ha pasado en su travesía y por qué ha decidido migrar de su país donde los índices de homicidio aumentaron a un 6,5% entre enero y septiembre de 2021, según un informe divulgado por la Policía Nacional de Honduras.

PREGUNTA. ¿Cuál es la situación actual en tu país?

RESPUESTA. Más que todo decidimos venirnos porque la pandilla de los 18 nos amenazaron a nosotros porque pertenecíamos a la policía nacional y él pertenecía a la policía militar. Me dijeron que si yo no los ayudaba a colaborar con ellos en cosas ilícitas se la iban a cobrar con nuestro hijo, entonces más que todo yo decidí salir del país por eso. Mi ex pareja salió primero del país y cruzó a los Estados Unidos, después él, nos mandó a traer, yo salí de mi país con mi hijo. Hace un mes y medio me deportaron, yo había logrado entrar a los Estados Unidos, a mi hijo lo tuvieron encerrado los de migración y a las dos semanas se lo enviaron a su papá. Regresé a mi país pero decidí intentar cruzar porque mi vida en Honduras corre peligro, me encontré con la caravana y me uní a ellos porque sé que migrar sólo corro peligro y es más difícil la situación. Todo lo hago por mi hijo, por eso estoy aquí porque mi hijo está allá arriba.

P. ¿En qué momento pensó migrar de su país?

R. Me tocó salir de mi país porque hicieron un cateo en la casa donde nosotros vivíamos, mi expareja ya se había salido del país, él ya sabía que yo pertenecía a la Policía Nacional. Quienes realizaron el cateo en mi casa fueron integrantes de la pandilla 18, me amenazaron diciéndome que yo tenía que colaborar con ellos realizando cosas ilícitas. Yo me negué y denuncié a la policía, denuncié con mi jefe y le dije todo lo que estaba pasando. Él me dijo que me daría protección pero pensé que mi hijo estaba corriendo peligro. Entonces, fue por eso que yo decidí salir del país y el papá de mi hijo me apoyó y me dijo: “salite de ahí porque no está por demás que corres peligro todavía”. Ese día me quitaron y se llevaron muchas cosas de mi casa, cosas personales que comprometían mi integridad física. Sabían mucho de mi vida y no podía poner en riesgo a mi hijo por eso decidí irme del país.

P. ¿Quiénes influyeron para tomar la decisión de salir de tu país?

R. La amenaza de la cual fui víctima influyó para salir de mi país y otra es que quiero sacar a mis tres hermanas y mi madre de Honduras. Ellos [la pandilla 18] saben que yo soy de ese lugar, saben mucho porque me robaron muchas cosas, saben mucha información mía, entonces yo por eso quiero subir y tratar de jalar a mi madre y a mis hermanas porque ellas igual corren peligro en ese sector y es muy peligroso la zona donde ellas están.

P. ¿Tiene usted algún contacto hacia dónde se dirige?

R. Estaba hablando con el papá de mi hijo y me dijo que puedo llegar con él, estamos separados. Él tiene al niño, me dice que él me recoge, me recibe en los Estados Unidos.Ya estando allá yo me voy allá para dónde yo quiera. Entonces la idea es llegar donde está mi hijo, después me voy a donde está mi madrastra o mi papá o dónde yo vea que sea más conveniente.
P. ¿Cómo se sentía usted y su familia los días previos a su marcha de su país?

R. No fue fácil, fue una decisión muy precipitada, nadie sabía que yo iba a tomar esa decisión, yo no quería salir del país. Me encantaba mi trabajo, me fascinaba ser policía pero ya observando que pesaban las amenazas sobre mi hijo y mi madre, por eso tuve que dejar mi trabajo. Mi madre quedó destrozada cuando yo tomé la decisión de venirme, ella sabe que mi misión no era venirme porque a los quince años mi papá me dijo que me llevaba a los Estados Unidos, yo le dije que no, me puse a estudiar, a los diecisiete años me metí a la policía, era mi misión yo quería servir a mi país pero pensé bien la situación y tomé la decisión de salir de mi país por la seguridad de mi hijo.

P. ¿Qué miedos o temores tienes actualmente?

R. El miedo que me da en este momento es que mi madre y mis hermanas se encuentran en Honduras. Tengo miedo que ellas estén allá. Incluso ahora que fui a Honduras, solo estuve dos semanas y volví a regresar porque uno de los pandilleros me conocía y me dijo unas cosas que no me gustaron, me dijo eso porque yo denuncié a un integrante y él está preso. Esta persona me dijo que se iban a desquitar conmigo y que me iban a dar donde más me dolía. Después de esa amenaza, le dije a mi mamá que se cambiara de lugar de residencia porque cerca donde viven ellos, ahí cerca vive mi mamá. Ellos se mudaron a otro lugar donde tengo una casa para que ellos se encuentren con menos peligro. También hablé con mi antiguo jefe en la policía, hablé con varios de mis compañeros para pedirles que les dieran protección ahora que yo no me encuentro en Honduras. Aquí en la caravana corro peligro, porque aquí andan los mismos pandilleros que hay en Honduras, aquí andan, están todos revueltos aquí, a uno aquí lo identifican como sea, como sea lo identifican porque hay personas que me han hecho preguntas y yo quedo…entonces no sé cómo se dan cuenta, tengo que andar en alerta y no andar durmiendo mucho.
P. ¿Qué situación te ha marcado durante este trayecto rumbo a los Estados Unidos?

R. Estoy aquí en la caravana con tres personas y una amiga, con ella me deportaron la vez pasada. Nos agarraron aquí en México, nos hicimos amigas, estamos juntas y vamos las dos subiendo para arriba. Mi meta es llegar a los Estados Unidos porque mi hijo se encuentra allá. Una de las situaciones más difíciles que pasé fue cuando me agarraron muy cerca de San Antonio, Texas, la policía fronteriza me regresó a Nuevo Laredo,Tamaulipas, ese lugar es una zona peligrosísima, ahí caí secuestrada por un cartel, me tuvieron cuatro días, abusaron de mí, es lo peor que me ha pasado y no le deseo eso a nadie. Frente a mí mataron a dos niños de quince años y lo peor de todo esto es llevar conmigo esa pesadilla. Uno de los secuestradores me pidió que me quedara con él, me decía que me iba a dar todo, yo me negué y tuve la suerte de salir a los cuatros días de estar secuestrada, éramos cuatro hondureños y un salvadoreño.

P. Durante tu trayecto intentando cruzar a los Estados Unidos, ¿cómo te han tratado las personas aquí en México?
R. Desde que yo entré a México ha sido una pesadilla para mí, todo ha sido difícil, aquí me han agarrado por intentar cruzar a los Estados Unidos, por eso no puedo decir que el trato sea bueno sino cosas malas me han sucedido en este país.

P.¿Cómo era tu jornada laboral en tú país?

R. La verdad es que allá yo me la pasaba bien, estuve sirviendo a mi patria cinco años, me siento muy orgullosa de lo que fui. Incluso ahorita que yo fui vi a varios de mis amigos, me volvieron a decir que me reintegre a la Policía Nacional, les agradecí diciéndoles que sí yo no tuviera a mi hijo allá en los Estados Unidos yo me quedaba, si yo no tuviera motivos para seguir me quedaba, porque mi motivo de subir es mi niño les respondí. Ellos me dijeron que si a más tardar en enero vuelvo a regresar la institución me acepta de nueva cuenta porque yo, había sido un buen elemento. Me siento orgullosa de lo que fui en mi país y si tuviera la oportunidad de estar me volvería a reintegrar porque es mi pasión, me gusta y es mi todo.
P. ¿Qué es lo que más le cuesta adaptarse en México?

R. Todo, pero más la comida. Extraño la baleada, un plato a base de tortilla de harina con frijoles, lleva aguacate, frijol y queso. También extraño el pollo chuco, aquí en México, andamos buscando y no lo encontramos, estos platillos son lo que nos gusta a los Hondureños.

P. ¿A quién más extraña usted?

R. También extraño a mis amigos, yo chateo con ellos cuando puedo porque me robaron mi teléfono y mi dinero, fue un asalto en la Ciudad de Tecún Umán, en Guatemala.
P. ¿Qué situación tendría que haber en tu país para no migrar a otro?
R. Si yo no hubiera salido de mi país, si a mí no me hubieran amenazado, si no hubieran amenazado a mi hijo yo no hubiera salido de mi país porque nunca tuve esa intención. Yo nunca he anhelado estar en Estados Unidos, la verdad estando seis meses cerca de la frontera no me tiraba para allá. Yo no ambiciono nada, simplemente quería alejar a mí hijo del peligro de Honduras.

P. ¿Qué mensaje le darías a las personas que piensan que vienen a quitarnos o a robar el trabajo de los Mexicanos?
R. [Risas] Nada de eso. Para nada, las personas que venimos en la caravana buscamos algo honrado para trabajar, eso no es robarle nada a nadie. Además, la mayoría no piensa quedarse aquí en México, todos quieren cruzar al otro lado para darle un mejor futuro a sus hijos, a toda la familia y el poco dinero que hay aquí en México, para Honduras no rinde nada. Entonces, sale mejor cruzarse para el otro lado, unirse con la familia, los amigos que uno tiene allá. Mi mensaje es que no piensen que venimos a robarle el trabajo, nada que ver [risas].

P. De llegar a tu destino: ¿Cómo te imaginas que cambiaría tu vida? ¿Cómo sería?
Siento que van a cambiar muchas cosas, mi principal objetivo es reunirme con mi hijo, es lo primerito, es lo que más deseo. Lo segundo es ayudar a mi familia, sacar de Honduras a mi madre, a mis hermanas y a mis abuelos.

P. Para concluir, diga usted lo que le parezca que se le haya olvidado?

R. Hay tantas cosas, a veces se me olvida darle gracias a dios que estoy con vida, saltando cada cosa, agradecerle lo bueno que ha sido conmigo. Yo lo único que le pido es que me de la fuerza para estar con mi niño porque es tan difícil separarse de un hijo, es lo más difícil que pueda haber y me duele tanto cuando mi hijo me llama. Incluso cuando le hablo mi niño se enoja conmigo porque dice que yo no llego rápido, me dice: vos no llegas rápido, se enoja conmigo, me corta la llamada y eso es lo que más me duele a mí y yo le digo, mi amor yo aquí voy luchando poco a poco pero aquí voy, él lo único que sabe es enojarse porque está muy pequeño.

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